Una hermosa ceremonia
El sábado 27 de abril de 2024, la capilla de la Casa Madre estaba abarrotada para la celebración jubilar. 7 Hermanas jubilares estaban presentes. Un retiro predicado por el Padre Gilles Morin (Religioso de San Vicente de Paúl) las había preparado. La ceremonia estuvo presidida por Monseñor Alexandre Joly, obispo de Troyes, acompañado con numerosos sacerdotes y tres diáconos. El padre Blanc, Oblato de San Francisco de Sales y capellán de la Casa Madre, también se unió a la fiesta para celebrar sus 70 años de profesión religiosa.
En su homilía, el obispo se dirigió a las jubilares diciendo que su fidelidad era un regalo que Ellas hacen a toda la Iglesia. Insistió en «el desafío de entregarse: desafío de toda la existencia», en una vida que va «por el camino de la obediencia, del despojo de sí misma» y que «se hace más bella con los años». Explicó hasta qué punto la fidelidad en la respuesta a la llamada recibida habla de la fidelidad de Dios mismo. También destacó la «fuerza profética de la vida consagrada, formidable para el mundo de hoy», para expresar «el plan de Dios para la humanidad de hoy».
Subrayó que «la clave de la vida religiosa es recibir, pero también entrar en el camino de la entrega total». «La opción de la vida consagrada no es atrasada ni limitada; es profética y luminosa».
Exhortó a todos los fieles presentes a «elegir la entrega total en (su) vocación y compromiso», y añadió: «Revelemos a Dios al mundo dejándonos llamar!».
Después de la celebración, se compartió la alegría de la acción de gracias en torno a una copa amistosa. La jornada festiva continuó con una comida en la que familiares y amigos pudieron compartir con las Hermanas presentes.