¿Quiénes somos?

Vida espiritual

Que toda su vida y ejercicios sean para unirse con Dios…

Règle de vie

espiritualidad salesiana

Nuestra espiritualidad se enraíza enteramente en el espíritu de San Francisco de Sales : gran humildad hacia Dios y mansedumbre hacia el prójimo.

Siguiendo sus pasos, buscamos reproducir la imagen de Cristo en nosotras.
Queremos vivir el Evangelio según el espíritu de san Francisco de Sales, en una donación total, libre, gozosa y llena de amor.
Tratamos de vivir el momento presente, caminando paso a paso tras Jesús, unidas a Su ofrenda al Padre.

Descubrir san Francisco de Sales

«Todo por El.
Todo con El.
Todo en El.
Todo para El.
Todo El. «

San Francisco de Sales

«Ofrecernos a Dios Padre como el pan y el vino de la Eucaristía para llegar a ser el Cuerpo y la Sangre de Cristo para nuestros hermanos, tal es el sentido de nuestra vocación de Oblatas. Todo en vista “de Dios y por su solo beneplácito».

Padre Luis Brisson

Nuestro medio de unión a dios:
el directorio espiritual

El Directorio es un librito redactado por santa Juana de Chantal pero cuyos primeros párrafos, que dan el tono al conjunto, fueron escritos por san Francisco de Sales, fundador con ella de la Orden de la Visitación.

Por las disposiciones que sugiere en cada circunstancia, ayuda al alma a acoger todo desde el punto de vista de Dios, sobrenaturaliza todos los instantes de la vida.

El nombre del Directorio proviene del propósito de este libro. Es un GPS que nos ayuda a dirigir nuestro corazón hacia Dios en cada momento del día.

La fidelidad al momento presente y la atención a la presencia de Dios se convierten así en los medios más eficaces de apostolado y santificación.

La práctica del Directorio nos une a Dios, orienta hacia El cada una de nuestras acciones, les da una dimensión contemplativa.

Es nuestra “carta geográfica” para vivir de amor a Dios y al prójimo, en los actos más insignificantes como en los más importantes.

Descubrir la vida fraterna en comunidad

La vida de una Oblata consiste en estar unida a Dios constantemente, sin esfuerzo, sin obstáculo, sin gran brillo, sin grandes discursos. En medio de las ocupaciones de la vida activa el alma debe poder llevar la vida contemplativa. Será pues en una unión íntima con Dios, en una conversación de corazón a corazón con Él, por la práctica del Directorio espiritual, que será llevada a imitar la vida oculta de Nuestro Señor, su vida eucarística.