Padre Luis Brisson


1817-1908

Infancia

Luis Brisson nace en Plancy (Francia) el 25 de junio de 1817. Es bautizado el 29 de junio. A los cinco años manifiesta ya su celo reclutando auditores para la Misión predicada en Plancy. Este amor precoz por las almas es un signo de su vocación sacerdotal que se desarrolla bajo la influencia de su piadosa madre. Esta lo prepara con actos de renuncia y sacrificio alegre a su primera comunión. Este acto tan importante marca su vida: la hace con gran fervor a los once años en la iglesia de Plancy. Este contacto íntimo con su Dios enciende en su corazón el gran amor hacia Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento que será su gran devoción.

croquis- Plancy
Père Brisson jeune

En el seminario

Después de hacer los primeros cursos latinos en la casa cural de Plancy, entra al Seminario menor de Troyes y allí se distingue por su piedad ardiente y su inteligencia superior; luego continúa sus estudios en el Seminario mayor.

Su ordenación

El 19 de diciembre de 1840, el Padre Brisson es ordenado sacerdote y el 22 de diciembre canta solemnemente su primera Misa en Plancy. Poco tiempo después de su ordenación, es nombrado capellán de la Visitación de Troyes; ministerio que ejercerá durante cuarenta y cuatro años.

Visitación de Troyes

La Venerable Madre María de Sales Chappuis recibió de Dios la misión de fundar una Congregación de sacerdotes destinada a difundir por el mundo el espíritu de san Francisco de Sales, y el Señor le revela que el Padre Brisson es el instrumento providencial, escogido por El, para cooperar a la fundación de esta Obra.
La sierva de Dios le informa y esto es para el Padre Brisson ocasión de una larga y terrible lucha. No quiere ceder a las pretensiones de la Venerable Madre; teme encadenar su libertad y experimenta una fuerte repugnancia para hacer lo que ella desea. El Señor mismo le confirmará que esta llamada viene de Él.

La Asociación católica de san Francisco de Sales

Esperando la hora de la Providencia para empezar la fundación de Sacerdotes, El Padre Brisson se da sin medida a diferentes obras de apostolado en la ciudad de Troyes. A partir de 1857 colabora activamente con Monseñor de Ségur para establecer en la diócesis la Asociación católica de san Francisco de Sales, de la cual es nombrado director en 1858.

Fundación de las Oblatas de San Francisco de Sales

El Padre Brisson abre al mismo tiempo en Troyes casas de patronato para las jóvenes obreras, muy numerosas en este centro industrial.
En 1866, confía la dirección de la obra a dos exalumnas de la Visitación de Troyes y, ayudado por la Venerable Madre Maria de Sales Chappuis, las forma a la vida religiosa, según el espíritu de san Francisco de Sales.
El 30 de octubre de 1868, Monseñor Mermillod les da el hábito religioso a las dos primeras Oblatas. El 11 de octubre de 1871, Monseñor de Ségur preside la ceremonia de Profesión. El nuevo Instituto es uno de los medios que la Providencia va a utilizar para difundir por el mundo la doctrina de san Francisco de Sales, para las obras de apostolado.

Fundación de los Oblatos de San Francisco de Sales

Estos comienzos tan consoladores se coronan magníficamente con la fundación de los Oblatos de San Francisco de Sales. Una circunstancia inesperada conduce al Padre Brisson a comenzarla. Monseñor Ravinet, Obispo de Troyes, le pide que se ocupe de una Escuela secundaria en la ciudad episcopal. El Padre Brisson piensa que es el momento oportuno para realizar la aspiración de la Venerable Madre María de Sales Chappuis. Abre el Colegio y pronto se le unen otros abnegados colaboradores.

Padre Luis Brisson

El 11 de octubre de 1874 los Oblatos empiezan el noviciado y el 27 de agosto de 1876, el Padre Brisson hace Profesión, rodeado de los cinco primeros Oblatos que pronuncian luego sus votos entre sus manos.

Los dos Institutos de Oblatos y Oblatas de San Francisco de Sales, animados y aprobados por Pío IX y León XIII, se extienden rápidamente en Europa y luego en Africa y América. Sus obras se multiplican: colegios, internados, escuelas, patronatos, misiones.

El Padre Brisson es el alma y gobierna sus dos familias con la seguridad y la clarividencia del porvenir que Dios concede tan particularmente a los fundadores. Todo se orienta hacia él. El mismo trata todos sus asuntos: dirección de estudios, trabajos intelectuales, ciencia, arte, construcciones, organización material y económica, nada le es ajeno, su genio creador abarca todo.

Une a este conocimiento profundo de lo práctico una intensa vida interior. Es esencialmente un alma de oración, su unión a Dios es habitual, se mantiene constantemente en su divina presencia. Posee el discernimiento de los espíritus a un grado elevado, tiene el don de leer en las almas y comunicarles la fe ardiente que lo anima. Ejerce sobre ellas un atractivo irresistible que las lleva, a pesar de ellas, a la realización de actos de gran generosidad por amor a Dios.
El Padre Brisson ejerce este ascendiente notable no sólo sobre su doble familia religiosa, sino también sobre la mayoría de sus visitantes. Su mansedumbre se extiende a todos; cada uno recibe el beneficio de su caridad incomparable que recuerda la de Nuestro Señor mismo. El sello divino de la prueba marca la vida del Padre Brisson desde el momento en el que comienza la fundación de la Obra a la que estaba destinado; pero se imprime más fuertemente en los últimos años de su fecunda existencia.

Persecución religiosa

La persecución religiosa desencadenada en Francia contra los institutos religiosos redujo en parte sus prósperas obras. Sus hijos espirituales son expulsados; él mismo, impedido por su edad avanzada a seguirlos en el exilio, se ve obligado en 1903, a buscar refugio en Plancy, en la humilde casa que lo había cobijado durante su infancia.

En estas horas dolorosas de la adversidad, la virtud del Padre Brisson brilla en todo su esplendor. Guarda su alma respetuosa de las voluntades y permisos de Dios y repite con el santo Job: “El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. Bendito sea su santo Nombre!” Firme en la fe y seguro de las promesas divinas para el porvenir de sus dos Institutos, no se aparta de su confianza invencible: “Permanezcamos con la seguridad de que Dios está con nosotros, dice; todo lo que El permitirá será para nosotros un gran bien personal y su gloria se propagará por medio de nosotros de una manera más completa”.

El Señor recompensa la fe de su fiel servidor; él ve florecer pronto en el extranjero las obras de los Oblatos y de las Oblatas. En Plancy, la Providencia le procura el consuelo de continuar su apostolado cerca de las jóvenes obreras, en una casa de patronato, último fruto de su celo. El Padre Brisson termina así su carrera, como la había empezado: en el lugar de su nacimiento, trabajando hasta el último día por la salvación de las almas que tanto amaba!

Hacia el cielo

En enero de 1908, una dolorosa enfermedad hace presentir el fin próximo. El lo considera con la paz del buen servidor que ha cumplido fielmente la misión confiada por Dios.
Recibe los últimos sacramentos, con el corazón inflamado de amor, con el sentimiento de la más viva fe. El día de la fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, el 2 de febrero, a los 90 años, se reúne tranquilamente a su Señor.
Sus obras continúan, y sus numerosos hijos espirituales repiten, hasta los confines de la tierra, su amor filial y su veneración profunda hacia el que ha sido su “buen Padre”.

Beatificación

El 22 de septiembre del 2012, bajo el Pontificado de Benito XVI, el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, presidió la celebración de la beatificación del Padre Luis Brisson, en la Catedral de Troyes.

Para orar

Oh Dios
Padre de ternura y de misericordia,
te agradecemos por habernos dado
en el Beato Luis Brisson
un sacerdote de fe viva
y de caridad inventiva.
Animado por tu Espíritu
ha caminado en pos de Cristo,
anunciando a los pobres
que luchan en el camino de la vida,
que Tú los amas.
Ven en ayuda nuestra
y concédenos por su intercesión
las gracias que necesitamos particularmente…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Amén.

Dios de bondad infinita,
que diste al Beato Louis Brisson, presbítero,
el fervor apostólico de una fe viva y de una caridad ardiente,
concédenos, por su intercesión,
seguir los pasos de Cristo
como testigos alegres y valerosos del Evangelio.
Por nuestro Señor Jesucristo…

Beato Padre Luis Brisson, ruega por nosotros!
(obtennos esta curación)