¿Quiénes somos?

Vida fraterna en comunidad


«Que vuestras comunidades sean un anuncio concreto de la civilización del amor…
Esto requiere que cada una de ustedes, en sus relaciones diarias,
se deje guiar por una mirada de ternura sobrenatural hacia cada una de sus Hermanas
y a todos los que encuentra en su camino»

Saint Jean Paul II

Fuente de nuestra fraternidad

Nuestros orígenes monásticos

Leonie Aviat y Lucie Canuet, las dos primeras Oblatas, fueron formadas en la vida religiosa por la Buena Madre María de Sales Chappuis y las Hermanas Visitadoras del Monasterio de Troyes. Nuestra vida religiosa tiene sus raíces en la de la Orden de la Visitación de Santa María.

oración

La oración es el corazón de nuestra vida de oblata. Nos reunimos todos los días, por la mañana y por la noche, para un tiempo de oración silenciosa (la oración) que sigue al oficio de Laudes o de Vísperas. La eucaristía es la cumbre de nuestra jornada. Con nuestra oración vivida a través del Directorio, la gracia de Dios puede irrigar todo el día.

vie fraternelle

Vida fraterna

Somos enviadas a una comunidad con nuestros talentos, nuestras debilidades, nuestras diferencias para cumplir la misión que Dios nos confía. Con las hermanas que El ha escogido, descubrimos la felicidad de una vida entregada y compartida en la verdad, el perdón, la paz, la alegría, el amor.

soeur qui prie

silencio

El silencio, sobre todo interior, nos es dado para “permanecer” en Dios. Es una práctica esencial a nuestra vida apostólica. Ayuda a mantenerse “presente” a la Presencia de Dios en nosotros y en los otros. Poco a poco, se convierte en el espacio de un diálogo interior con Cristo. Esta presencia de Dios fecunda nuestra vida apostólica.

soeurs qui arrive

 hábito religioso

Desde el comienzo de la Congregación, nuestros fundadores et nuestras hermanas han considerado la importancia de llevar un hábito religioso. Es el signo externo y elocuente de nuestra consagración a Dios, en un mundo que busca a Dios o que no lo conoce.

croix

Cruz

La recibimos el día de nuestra Profesión, es decir de nuestra consagración a Dios. Es el signo de nuestra alianza con Cristo y de nuestra unión a nuestras hermanas. Por Cristo, queremos entreayudarnos mutuamente a responder a la misión de la Iglesia. Ella marca también nuestro vínculo particular a San Francisco de Sales y a la Orden de la Visitación.

el carisma se desarrolla en tres aspectos


vida espiritual
Vida apostolica
vida fraterna