Santa Léonie Aviat


1844-1914

Niñez

Léonie Aviat nació en Sézanne (Francia) el 16 de septiembre de 1844. Es bautizada al día siguiente. Muy joven entra como pensionista en la Visitación de Troyes, dirigida por la Venerable Madre Maria de Sales Chappuis. El capellán del Monasterio, el Padre Luis Brisson, la prepara para la Primera Comunión que recibe con fervor, el 2 de julio de 1856.

Su adolescencia

Léonie es una alumna que se distingue no sólo por sus cualidades naturales, sino también por una fe ardiente y una devoción sólida. Conoce a temprana edad el secreto del abandono a la Voluntad divina, secreto que le revela el Salvador de manera más íntima por medio de la Venerable Madre María de Sales Chappuis, la cual le dice al salir del pensionado: “Dios sabe arreglar todo; déjelo obrar; mézclelo en todos sus intereses y haga siempre su divina Voluntad”. Profundamente impresionada por estas palabras, las tendrá en cuenta toda su vida con una fidelidad inquebrantable.

Su vocación

Leonia quiere ser religiosa. Para estudiar mejor su vocación, vuelve al Monasterio de Troyes para hacer un retiro bajo la dirección de la Venerable Madre Chappuis. Durante estos días de gracias, comprende que Dios la ha elegido para difundir el espíritu de san Francisco de Sales en el mundo mediante la educación y la protección de la juventud. Será la primera planta de la viña que el padre Brisson está llamado a arraigar en el campo del Padre de familia.

Sainte Léonie Aviat

Oblata de San Francisco de Sales

Después de un retiro que termina el 18 de abril de 1866, Leonia responde inmediatamente a la llamada divina, sin considerar las incertidumbres y dificultades de este camino desconocido. Desde entonces, se entrega generosamente a la misión de apostolado que se le va a confiar.

El 30 de octubre de 1868, recibe el hábito de la nueva Congregación de las Hermanas Oblatas de San Francisco de Sales, de manos de Monseñor Mermillod, obispo de Ginebra, y el 11 de octubre de 1871, hace su Profesión religiosa en presencia de Monseñor de Ségur, que preside la ceremonia.

Mère Françoise de sales

Madre Françoise de Sales

Nombrada Superiora General del Instituto naciente, ejerce este cargo durante seis años; luego es nombrada superiora del Pensionnat, en París, y es reelegida Superiora General, en 1893. Gobierna entonces la Congregación sin interrupción hasta su muerte con notable sabiduría y prudencia. Al mismo tiempo, da los mejores ejemplos de humildad, caridad y olvido total de sí misma. Siempre dócil a seguir las indicaciones de la Providencia, por su fidelidad al movimiento de la gracia, coopera al rápido desarrollo del Instituto que extiende sus ramas primero en varias ciudades de Francia mediante el establecimiento de obras obreras y casas de educación, luego a Suiza, Italia, Austria, Inglaterra, América, y hasta el África austral, en las Misiones del Río Naranja.

Del exilio

La persecución religiosa que afecta a las comunidades en Francia es una dolorosa prueba que acepta con la fuerza de ánimo y la generosidad que la caracterizan.
Desde Italia, donde tuvo que exiliarse, la madre Francisca de Sales sigue difundiendo con su mansedumbre, su mansedumbre, la paz en todos los corazones, y ganándolos a la confianza en Dios. Atenta a perfeccionarse cada día según el espíritu de su Instituto, se adhiere cada vez más a los deseos divinos. Una enfermedad corta, de la que soporta los vivos sufrimientos con admirable paciencia, preocupa a su entorno. Recibe la extremaunción con piedad y fe ardiente. Vuelve pacíficamente a Dios el 10 de enero de 1914, en Perugia (Italia), después de haber edificado a todos los que la conocieron por su gran virtud y una vida totalmente gastada en el ejercicio de la caridad hacia Dios y hacia el prójimo.

Será canonizada en Roma por el Papa Juan Pablo II el 25 de noviembre de 2001

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Para orar

Dios mío, qué bueno,
Tú que pusiste en el corazón de
Santa Leonia Francisca de Sales,
un ardiente deseo de vivir,
a imitación de tu hijo Jesús,
en la humildad, el abandono a tu voluntad
y una constante caridad hacia todos,
concédenos saber, a su ejemplo,
olvidarnos por completo
para servirte mejor y
trabajar para hacer felices a los demás.
(por su intercesión te pedimos …)
Por Jesucristo Tu Hijo Nuestro Señor.
Amén

Santa Leonia Francisca de Sales,
¡Por favor, recen por nosotros!